San Diego, California — Después de pasar más de cinco años viviendo en el lecho del río San Diego, Michael Hook, de 40 años, encontró una nueva oportunidad de vida gracias a un evento de recursos para personas sin hogar, organizado por la Ciudad de San Diego a finales de 2024.
Hook, originario del Este del Condado, acudió en busca de apoyo de la Corte para Personas sin Hogar, que ofrece sentencias alternativas para personas en situación de calle. Ese día, algo cambió en él. “Dije: ‘No puedo seguir así. Tengo que hacer las cosas bien’”, recuerda.
Esa decisión lo llevó por un camino de recuperación que incluyó tratamiento por abuso de sustancias, ingreso a un programa de vivienda temporal segura, desintoxicación, y eventualmente, vivienda permanente. Hoy celebra diez meses de sobriedad y una nueva vida en el centro de la ciudad.
“Me siento increíble. Nunca me había sentido tan bien en mi vida. Cumplí 40 y me siento mejor que nunca”, expresó Hook, quien ahora trabaja en un restaurante tras haberse graduado del programa culinario de la organización sin fines de lucro Kitchens for Good. Además, estudia para convertirse en consejero de adicciones, con la meta de ayudar a otros a salir de la calle.
Hook vivió en una zona del río conocida como “la isla”, cerca de la I-5 y Old Sea World Drive, donde decenas de personas se asentaron en campamentos. En respuesta, la Ciudad de San Diego utilizó fondos del programa estatal Encampment Resolution Funding (ERF) para llevar a cabo tres meses de trabajo intensivo de alcance y conexión con servicios antes de limpiar el área en noviembre de 2024.
Gracias a estos fondos, organizaciones como PATH San Diego, NAMI San Diego y Healthcare in Action ofrecieron atención médica móvil, gestión de casos y servicios de salud mental. Hook admite que al principio se resistía a aceptar ayuda, pero reconoce el papel fundamental de los trabajadores sociales de PATH.
“Mi gestora hizo un trabajo increíble. Me ayudó a llamar, coordinó mi ingreso a desintoxicación, hasta me consiguió un Uber para llegar. Estuvo ahí esa mañana para asegurarse de que fuera”, relató.
Desde el inicio del programa, 52 personas han sido conectadas con viviendas permanentes y otras 36 con programas de albergue. Muchas más han recibido atención médica, tratamiento contra adicciones y apoyo para reunificación familiar.
El trabajo continúa en la zona del río como parte de una estrategia integral que busca no solo resolver los campamentos, sino ofrecer soluciones duraderas para quienes desean salir de la calle.