Con voz temblorosa pero firme, Olga Breeskin rompió el silencio y compartió con Gustavo Adolfo Infante el oscuro episodio que vivió durante siete años bajo el control de un productor en Las Vegas. “Me compró y me revendía al mejor postor”, reveló, detallando que vivió como su esclava personal y laboral. Las humillaciones eran constantes y el abuso emocional la llevó al borde de una decisión fatal.
Breeskin, ícono del cabaret mexicano, dijo que muchas veces pensó en denunciar, pero que el miedo, la vergüenza y la falta de apoyo la detuvieron. Hoy, a través de su testimonio, busca alzar la voz por otras mujeres que, como ella, han vivido el abuso desde el poder y el silencio. Su historia es un llamado urgente a la empatía y a la justicia.