San Diego, California – Autoridades de salud pública del condado emitieron una advertencia a los residentes para evitar recolectar o consumir hongos silvestres, ya que algunos pueden contener amatoxina, una toxina altamente peligrosa que provoca daño severo al hígado y puede causar la muerte.
Las lluvias de invierno han creado condiciones favorables para el crecimiento de hongos. De acuerdo con el Departamento de Salud Pública de California, se ha registrado un brote de 21 casos de intoxicación por amatoxina, principalmente en el norte del estado, que dejó como saldo una persona fallecida y varios adultos y niños enfermos.
La amatoxina es una toxina de alta potencia que puede causar graves daños hepáticos incluso en pequeñas cantidades y no se destruye al cocinar, congelar o secar los hongos. El oficial de salud pública del condado, el Dr. Sayone Thihalolipavan, explicó que muchos de estos casos están relacionados con el llamado “hongo de la muerte” (Amanita phalloides), una especie que también puede encontrarse en San Diego. Por ello, recomendó evitar por completo el consumo de hongos silvestres y optar únicamente por hongos comprados en tiendas.
La intoxicación por amatoxina suele comenzar con síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea entre seis y 24 horas después de la ingestión. Aunque los síntomas pueden mejorar temporalmente, el daño hepático grave puede aparecer entre uno y cuatro días después, llegando incluso a provocar insuficiencia hepática.
Las autoridades alertaron que niños y mascotas corren un riesgo especial, ya que podrían ingerir hongos que crecen en patios, parques o espacios abiertos. Se recomienda retirar cualquier hongo silvestre de jardines y evitar que los menores los toquen.
Ante la presencia de síntomas tras consumir hongos silvestres, se debe buscar atención médica inmediata y llamar al Sistema de Control de Envenenamientos de California al 1-800-222-1222, disponible las 24 horas. En caso de que una mascota ingiera un hongo venenoso, se debe contactar a un veterinario o al Centro de Control de Envenenamientos de Animales de la ASPCA.













