La recepción por parte de la crítica del próximo thriller de ciencia ficción de Olivia Wilde, ‘Don’t Worry Darling’ protagonizada por Harry Styles y Florence Pugh, ha variado de media a mala, mientras que el frenesí de los escándalos y las redes sociales que le han rodeado ha sido cautivador para el público.
Mientras que Florence ha sido elogiada por su papel de Alice, una “ama de casa de los años 50 que vive con su esposo [Styles] en una comunidad experimental utópica”, la actuación del artista británico como Jack ha sido etiquetada como “pesada” y “robótica”.
“Styles carece de carisma”, escribió Geoffrey Macnab para The Independent en su reseña de tres estrellas. “Jack es una figura unidimensional y la estrella de One Direction no logra darle ninguna profundidad oculta. Pugh es por mucho la personalidad más vívida y convincente de la película. Ella interpreta a Alice de una manera tan feroz que la mayoría de los otros personajes parecen robóticos en comparación”, añadió.
La crítica del escritor la comparten otros como Marlow Stern, quien ha asegurado: “Styles tiene problemas para igualar la intensidad arrebatadora [de Pugh]. El músico es como un ciervo confundido durante gran parte del proceso y una escena en la que llora en el auto después de una pelea bastante fuerte con Pugh está llena de más lágrimas de cocodrilo que Charlie Sheen cuando la policía lo sacó de su oficina al final de ‘Wall Street'”.
El crítico, Steph Green, ha dicho que el intérprete de ‘Watermelon Sugar’ “no se siente del todo a la altura del material, con una entrega de líneas sin gracias y una falta de contrastes que hace que sus escenas con Pugh se desplomen”.
Finalmente, Kevin Maher ha llamado al músico en The Times “un gran problema para la película. Él no tiene nada de gracia, sobre todo frente a Pugh, quien es una gigante de la pantalla, carismática y con un don nato”.
